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Florence Welch se come el arranque del FIB 2015

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La edición 2015 del Festival Internacional de Benicàssim comenzó la noche del jueves de la semana pasada con un calor de justicia y un cartel como los que hicieron historia para el festival castellonense. A pesar de que el jueves sea el día de calentamiento, solamente con dos escenarios funcionando, el afán por atraer público a esta jornada era más que patente: Florence + The Machine y Crystal Fighters, nada más y nada menos, para arrancar la vigesimoprimera edición del FIB. Pero la cosa empezó mucho antes. Podéis ver una completa galería de fotos de la jornada en la web de nuestra fotógrafa.

Florence Welch, absoluta protagonista de la jornada inaugural del FIB 2015

Florence Welch, absoluta protagonista de la jornada inaugural del FIB 2015

Lois Brea de Trajano! en el escenario principal

Lois Brea de Trajano! en el escenario principal

Los encargados de inaugurar el escenario principal (Las Palmas) fueron los madrileños Trajano!, cuyo rock oscuro, reminiscencias post-punk y psicodélicas letras pareció cocerse bajo el sol, aunque ya con un buen puñado de seguidores entre el público. No vi mucho de ellos, porque al Red Bull Tour Bus Fibclub (se en adelante, Red Bull) se subían, poco después, los valencianos Mox Nox, que a base de guitarreo y shoegaze y cierto regustillo a Teenage Fanclub dieron el que fue para mi, el primer gran concierto del festival. Una actuación veloz, de solamente 25 minutos, cuya intensidad sónica y soltura sobre el escenario pronto logró atraer a un buen puñado de curiosos. Fueron ágiles, divertidos y muy sorprendentes, y su presencia bien valió aguantar la lluvia de plomo derretido que caía sobre Benicàssim a las siete de la tarde.

Pep, de Mox Nox

Pep, de Mox Nox

Y el bombardeo no había hecho más que empezar: a las ocho Swim Deep, a quienes vimos la pasada primavera en las fiestas de presentación del FIB 2015, se subían al escenario principal, ya con una nutrida y juvenil parroquia británica jaleándoles. Tocaron durante 40 minutos en los que montaron una inesperada fiesta con su post-britpop fresco, luminoso y divertido. Tuvieron tiempo de introducir algunos temas nuevos en su repertorio y, aún así, aprovechar varios momentos de su intervención para poner al público a bailar, formando una violenta pero breve melé de británicos acalorados en los últimos compases de la actuación. Se mostraron sueltos y sonrientes sobre el escenario y firmaron la primera gran actuación que el escenario Las Palmas ha visto en este FIB 2015.

Cavan McCarthy de Swim Deep

Cavan McCarthy de Swim Deep

Luis Alberto Segura tocando con su banda, L.A.

Luis Alberto Segura tocando con su banda, L.A.

Inmediatamente después los mallorquines The Last Dandies se subían al Red Bull para desplegar sus influencias strokeras, metiendo bastante ruido, con una actitud sólida pero sin acabar de romper como lo habían hecho sus predecesores. Más interés me despertó L.A. de nuevo en el principal. Luis Alberto Segura y su gente, a los que se sumó de manera excepcional Lourdes Hernández (Russian Red) a la guitarra, que son habituales de los festivales de nuestro país desde hace unos años, no lograron montar el fiestón que habían armado Swim Deep (probablemente porque el público británico no los conocía), pero sí que consiguieron congregar a una gran masa de espectadores a su siempre vitalista y serio espectáculo. Él y su banda funcionaron como un reloj suizo, cosa que no es novedad, aunque habría que recriminarles la excesiva frialdad hacia el público, que en los últimos temas llegó a cantar tímidamente algún estribillo, que les llevó incluso a acabar la actuación sin despedirse ni nada parecido. Presentaron su faceta más eléctrica y potente que les fue muy eficaz.

Elisabeth Troy, vocalista de Clean Bandit

Elisabeth Troy, vocalista de Clean Bandit

El primer plato fuerte de la noche nos volvía a llevar al escenario Las Palmas, y eran la formación de Cambridge Clean Bandit. Formación de corta trayectoria pero algún hit muy sonado en el Reino Unido en los últimos dos años, que trata de aunar el dance más enloquecido con el uso de instrumentos y tonadas propios de la música clásica. La chavalada inglesa enloquecía en las primeras filas en los minutos previos a la actuación, que fue un despliegue de carisma y bailoteos (de hecho algunos de ellos parecían bailar más que tocar sus instrumentos) por parte de sus protagonistas. Una puesta en escena y un sonido espectacular que puso al público del revés, aunque yo no llegué a entrar en la barroca propuesta que nos ofrecían, tal vez por una mera cuestión generacional. De modo que encontré mucho más interesante la idea de volver al escenario Red Bull para ver a los australianos DMA’s practicar un rock surfero y desenfadado, más que adecuado a la temperatura y el entorno. El público de su concierto éramos, esencialmente, todos los no británicos a los que lo de Clean Bandit nos sonaba hueco, de manera que la pegada que exhibieron, la fresca naturalidad con la que se desenvolvieron y los numerosos aplausos que arrancaron fueron todavía más loables teniendo en cuenta lo poco conocidos que son por estos lares.

DMA's en el escenario Red Bull

DMA’s en el escenario Red Bull

Los de Cambridge habían dejado el terreno abonado para el primer gran nombre del FIB 2015: Crystal Fighters, que tienen tanta implantación en España como en el Reino Unido y llenaron el escenario de flores y la pista de gigantes pelotas de playa que hicieron las delicias del (ya bastante ebrio) público. Son ya cinco años de idilio entre los euskera-londinenses y el público, y la fórmula no tiene pinta de ir a agotarse: durante 60 minutos desplegaron un bombardeo de éxitos que convirtieron a miles de persones en una masa informe que no paraba de bailar y gritar “I Love London!” o “Love is all I got” cuando se les solicitaba. No se puede negar que la soltura de la numerosa formación sobre el escenario, con sus tres cantantes desatados durante toda la actuación (Sebastian Pringle a la cabeza, pero con Eleanor Fletcher más activa y rabiosa a cada concierto que pasa), contribuye decisivamente a la eficacia de Crystal Fighters en directo. Por supuesto hubo momento para recordar al recientemente fallecido batería Andrea Marongiu y para animar a todos los presentes a repartir amor y abrazos a su alrededor. Crystl Fighters son una apuesta segura para cualquier festival, y su capacidad para llena una hora de éxitos que pongan al grueso del público en órbita, es incontestable. Hicieron lo que mejor saben hacer con una divertida puesta en escena que llamaba la atención sin necesidad de ser recargada, y dudo que nadie pudiera aburrirse durante su actuación.

Sebastian Pringle de Crystal Fighters

Sebastian Pringle de Crystal Fighters

Florence Welch "flotando" sobre el escenario

Florence Welch “flotando” sobre el escenario

Pero el jueves tenía un nombre propio, y todos, hasta los DJs que estaban en los escenarios secundarios, lo sabían. Se tardó un rato en cambiar el escenario, pero a la una de la madrugada Florence Welch y su banda, o sea, Florence + The Machine, saltaban al escenario. Y saltaban literalmente, porque la Welch aparecía descalza (como es normal en ella) ataviada de blanco riguroso y vaporoso (tampoco especial sorpresa si se sabe a lo que se va). Lo que ya no es normal es que desde el momento en el que Florence Welch pisara el escenario Las Palmas pareciera que flotara sobre éste. Ya confesé hace unas semanas, junto a Lebonloup, que he pasado muchos años siendo muy escéptica al respecto del trabajo de esta banda hasta que escuché How Big, How Blue, How Beautiful. Si me podía quedar alguna duda sobre la solvencia de esta artista tras el disco, el concierto del jueves la resolvió de un plumazo.

Con el precedente de su portentosa actuación en Glastonbury hace pocas semanas, las expectativas sobre lo que Florence + The Machine hicieran eran elevadas: arrancó con What The Water Gave Me y pronto sonó también Shake It Out como únicas referencias a Ceremonials (2011). Se intentó establecer un equilibrio entre los primeros hits de la banda contenidos en Lungs (2009) (aunque al no haber bises parece que se quedaron injustamente fuera Kiss With A Fist y Girl With One Eye), con Rabbit Heart (Raise It Up), You’ve Got The Love y Dog Days Are Over como grandes momentos del concierto (la última como cierre enloquecido para el público); y, sobre todo, desplegar toda la potencia de How Big, How Blue, How Beautiful (2015), del cual sonaron especialmente místicas Delilah, St Jude y What Kind Of Man. Hubo tiempo para alguna otra versión que fue el Sweet Nothing de Calvin Harris que sonó épico y redondo. Y es que Florence Welch se presentó ante el público de Benicàssim con un nada velado aire místico, con sus vaporosas ropas ondeando a su alrededor y una actitud casi angelical que parecían hacerla sacerdotisa de alguna especie de rito arcano que se estuviera desarrollando junto al desierto de Las Palmas.

Florence Welch from Florence + The Machine @ FIB 2015

Cabe destacar que el feedback con el público fue, también, soberbio. Ya desde la primera mitad del concierto, sus carreras la llevaron hasta el foso para cantar lo más cerca posible de las primeras filas. Ya bien entrado el concierto se percató de que unas chicas colgaban una bandera del arcoiris de la valla y pidió a los miembros de seguridad que se la acercaran para ondearla, gritar “Love is Love” y cantar uno de los últimos temas del recital envuelta en ella. El público como loco, ni que decir tiene, y con razón: aunque subirse al carro LGTB está muy de moda últimamente, fue la única artista a la que yo vi defender dichos derechos de forma tan firme y enérgica desde el escenario principal del FIB. Poco después también concedió su deseo a una joven que se encontraba entre las primeras filas con una pancarta en la que le pedía un abrazo: la hizo subir al escenario para darle uno bien apretado y largo antes de continuar cantando y darse todavía algún que otro baño de multitudes con las primeras filas. Pequeños gestos, en resumen, que no cuestan demasiado esfuerzo y que Florence Welch maneja con absoluta maestría para meterse a la audiencia en el bolsillo, por si la solidez de su voz no fuera suficiente argumento.

Bajo mi punto de vista, si hubo un concierto comparable o mejor que el de Florence + The Machine en todo el Benicàssim, fue el de Portishead, que os relataré en breve. Pero de lo que no cabe duda es de que Florence Welch está siendo uno de los personajes del año y que la buena fama que está adquiriendo, se la está ganando a pulso.

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